Mundo ficciónIniciar sesiónJusto después de que Tariq enviara un mensaje a Karim el teléfono de la casa sonó, era de la recepción del edificio.
— Señor Al-Farsi, acaban de dejar un paquete aquí en la recepción para usted.
— ¿Quién lo envía?
— No lo sé señor, el remitente es anónimo.
Tariq no quiso enviar a alguien del personal por el paquete, bajó el mismo a toda prisa, era mejor guardar los secretos y no revelarle nada al personal, nunca se sabía quién podría estar infiltrado, además, la ambición compraba conciencias muy fácilmente.
Y Tariq estaba aprendiendo a la mala que no podía confiar ni en su propia madre, el terror de la conspiración de Fátima aún estaba caliente, la adrenalina corrió por sus venas mientras descendía en el elevador privado que era una línea







