Bilogía Luna Real Libro 1. El Deber de una Luna: Un Heredero para el Alfa Libro 2. El Regres de la Luna: Recuerdame otra vez, Alfa (sigue después de finalizar el 1 en este mismo libro) La vida de Evadne Montague toma un giro trágico cuando la diagnostican con una enfermedad que afecta solo a las mujeres lobo de su manada. Cuando su hermana, destinada a cas con el rey Alfa, muere misteriosamente, Evadne es forzada a tomar su lugar para asegurar un heredero para la manada. Théo Valerius, el rey Alfa, acepta esta unión por desesperación, pero su corazón aún llora a la hermana fallecida. Mientras la manada exige un heredero, Evadne se enfrenta a la humillación y al desprecio, no solo de la manada, sino también del que ahora es su esposo. Su amor no correspondido se convierte en una lucha por darle un heredero antes de subir debido a la enfermedad. Sin embargo, ella no imagina que detrás del reino, una sombra oscura se cierne sobre su cabeza, y, cuando Evadne finalmente logra quedar , un intento asesinato la lleva a huir en busca la salvar su vida y la su futuro hijo. ¿El rey Théo descubrirá que su verdadero amor siempre estuvo a su lado? ¿O será demasiado tarde para aceptar a Evadne antes de que el peligro que los rodea explote en una tormenta devastadora?
Leer másEvadne
—¡Alfa! ¡Ha llegado una carta urgente del palacio!
Mi corazón late con fuerza mientras veo a uno de los Omegas sirvientes entrar en la habitación. Toda la manada Montague estaba ansiosa esperando recibir las trágicas noticias, y tengo la impresión de que esa carta dice lo que todos tememos en silencio.
—Entrégamela y retírate —ordena mi abuelo, el líder y Alfa de la manada.
Desde que tengo uso de memoria hemos sido liderados por él, pues mi madre y mi padre ya no existen más en este plano. Siempre he tenido la esperanza de que los dos vivan felices en el Wolfhaven; el cielo de los lobos donde se dice que la diosa de la luna y el dios lobo nos espera a todos.
El Omega ingresa al cuarto y luego de una reverencia deja el sobre en la bandeja que está al lado de mi abuelo, se retira a toda prisa, como si tuviese miedo de demorarse más de lo debido en presencia del gran Tristan Montague.
En la sala solo nos encontramos mi abuelo, la Beta Yuli, nuestra gran sanadora Alita y yo. El círculo de más confianza en la manada.
—¿Y bien? ¿Qué dice? —pregunta la Beta Yuli.
Mi abuelo desliza una de sus garras por el borde del sobre para abrirlo y saca el papel beige con una parsimonia agotadora. Primero sus ojos recorren las letras escritas antes de soltar un suspiro y revelar por fin lo que dice.
—Calliope ha muerto —suelta sin preámbulos.
No puedo evitar soltar un jadeo ahogado. Ya sabía que esto pasaría, pero no creí que sería tan pronto. Mis ojos se llenan de lágrimas sin que pueda controlarlas. Calliope, mi hermana mayor, la que iba a ser la futura esposa del rey Alfa y la sucesora para mantener la sangre real dentro de nuestra manada, ha fallecido.
La Beta Yuli y la gran sanadora Alita sollozan también.
Durante siglos hemos mantenido en secreto el mal que aqueja a nuestra manada, siempre inventando excusas muy creíbles para justificar por qué la gran mayoría de los integrantes de esta familia son hombres.
Nadie lo sabe, ni siquiera nosotros sabemos el origen real de todo esto, pero, por alguna razón desconocida, las mujeres de nuestra manada padecen un raro gen genético que nos hace contraer una enfermedad licántropa: el cáncer lupino.
Pocas mujeres de la manada han logrado librarse de este mal, la mayoría son Omegas que no pueden llegar a alcanzar el estatus de Betas, mucho menos de Mates en la manada; no obstante, ni una sola de las lobas del linaje central ha podido librarse de esto.
Le pasó a la madre de mi abuelo, a su esposa, a mi madre y ahora a mi hermana; la próxima…seré yo.
—No puede ser, Alita había dicho que todavía le quedaban algunas décadas antes de que sucumbiera por completo —intenta refutar Yuli.
—Esta enfermedad es extraña, sabemos que puede acelerarse —explica Alita con un suspiro pesado.
Mi abuelo frunce el ceño y se frota las sienes con más fuerza de la debida.
—No podemos permitirnos perder nuestro lugar en la corte, si no hay una heredera que se case con el rey, las otras manadas nos desplazarán —dice con voz fría.
—¡¿Es que ni siquiera dirás nada sobre Calliope?! —exclamo alzando el tono de mi voz. Sin darme cuenta me he puesto de pie.
Retar al Alfa es una estupidez que solo hacen los más novatos de la manada, y el castigo puede llevar incluso a la muerte misma. En otras circunstancias jamás haría algo así, pero odio ver su actitud indiferente, como si Calliope solo fuese un recurso del que pensaba disponer y nada más.
Desde que tengo memoria la manada Montague ha preparado a mi hermana para convertirse en la próxima Luna del reino. Ella era la que estaba destinada a casarse con el rey Théo Valerius para darle un heredero, uno que al reino le hace falta desde hace mucho tiempo; pues, dicen las malas lenguas, que, por alguna extraña razón, ninguno de los embarazos que ha procreado el rey han tenido fruto.
—¿Acaso estás desafiándome, niña? No te olvides quién soy. —Ni siquiera necesita alzar la voz, solo con su imponente mirada de ojos rojos y su aspecto aterrador es suficiente para hacerme retroceder.
—N-no, es solo que…
—Tu hermana ya murió, no podemos hacer nada al respecto. Sabíamos que esto podía pasar.
—¿Qué hará ahora, Alfa Tristan?
—Pues, lo único que me queda por hacer, tendré que ofrecer a Evadne en su lugar.
Mi cabeza se levanta en automático cuando lo escucho decir aquello. ¿Yo? Tiene que estar bromeando.
—¿Qué? —digo con un hilo de voz—, pero yo no puedo…
—¡Claro que puedes! Y lo harás. Primero pasarás por la revisión de la sanadora Alita, y luego, sea cual sea el resultado, te presentarás ante el rey Alfa y te ofrecerás como sustituta de tu hermana.
Niego con la cabeza sin saber muy bien por qué, esto debería ser un honor para mí, sin embargo, no lo siento así. La que estaba destinada a ocupar ese puesto era mi hermana, no yo.
A ella la conocen desde que era una niña, incluso he estado en el palacio algunas veces y he visto cómo se relacionaba con el rey. Théo Valerius la amaba; en cambio a mí siempre me ha despreciado. Creo que en el fondo sabe que he estado enamorada de él desde la primera vez que lo vi.
—Abuelo… es decir, Alfa Tristan, no creo que esa sea la mejor idea, el pueblo…
—El pueblo aceptará lo que diga el consejo del rey, no te preocupes por eso, yo mismo viajaré a Mystara Citadel esta noche para reemplazar a Calliope por ti.
Sin mediar más palabras ni darme opción a oponerme, mi abuelo sale de la habitación y empieza a ordenar a los Omegas que preparen el carruaje para partir.
Una vez solas, la sanadora Alita corre hacia mí y me rodea con sus brazos.
—Oh, mi pequeña Evadne, lamento tanto que tengas que hacer esto, el palacio no es como todos piensan —susurra.
—Lo sé, pero, tengo que cumplir con mi deber, si el Alfa lo ordena, no puedo negarme —respondo aguantando el nudo en mi garganta.
—Ven, tal vez tú no corras la misma suerte de tu hermana.
Alita me toma de la mano y me conduce hasta una habitación rodeada de plantas y un pequeño manantial que brota de la roca. Un espacio místico que tenemos en la manada. Por años, este ha sido el sitio definitivo que nos revela si tendremos el gen o no.
Yuri nos acompaña en silencio mientras la sanadora me pide arrodillarme frente a las aguas del manantial.
Con un cuenco de madera hecho del árbol ancestral, extrae un poco del agua y la deja en el suelo. Luego, toma mi mano y con una daga hace un corte de lado a lado en mi palma. Contengo el quejido de dolor en lo que las gotas caen hacia el agua. Cinco segundos después mi herida empieza a sanar sola.
En silencio, esperamos. Si he tenido la suerte de no tener el gen, el agua debería quedarse roja, pero si no…
—Está cambiando… —susurra.
El color del agua empieza a tornarse negro como una noche sin estrellas. Levanto la mirada hacia Alita y ambas sabemos lo que significa, estoy condenada, igual que mi hermana.
Bueno mis amores, hemos llegado al final de otra historia. Quiero agradecerles a todas esas lectoras que están ahí día a día esperando mis actualizaciones, comentando y dejandome lindas reseñas tanto aquí como fuera de la app. Realmente me ayudan un montón y aprecio mucho que les guste lo que hago. Quiero agradecer especialmente a Mary Luna, luna292 y a Rocío Mendoza Andauiza por leer todas mis historias ♥ realmente las tengo presente y me encanta verlas emocionarse con la historia jajaja Gracias igualmente a todas y todos mis lectores, los quiero un monton. Las invito a pasarse por mis otras historias, ahora estamos con la novela de "La Esposa Secreta del CEO", vayan a darle amor, está muy buena y no lo digo porque la esté escribiendo yo jajajaja Si aun no están en mi grupo de lectoras, también las invito a unirse. besos, Aurora Love
CAPÍTULO 36: NUESTRO JUNTOS POR SIEMPREEvadneUn par de días han pasado desde que todo en mi vida volvió a su orden natural. Théo está a salvo, mis hijos están empezando a conocerme y aceptarme como su madre, y los soldados del reino han capturado a casi todos los insurgentes y rescatado a algunas humanas que todavía estaban con vida antes de que las matasen. Me enteré de buena fuente que Emily sobrevivió, lo cual me pareció un gran alivio.Sin embargo, todavía no me siento del todo yo. Regresar así después de tantos años es como haber hecho una gran pausa y de pronto, como si mi vida se hubiera quedado ahí estancada, aparezco para volver a tomar el lugar que me pertenece.Esta tarde Théo me ha pedido que me aliste, Thalia dejó un hermoso vestido en tonos lilas sobre mi cama y se supone que debo ponérmelo, pero ni siquiera sé muy bien para qué.Me calzo en el vestido que adorna mi cuerpo perfectamente. Es una sensación curiosa, pero buena.—Gracias diosa luna, espero haber cumplido t
CAPÍTULO 35: EL AMOR PREVALECEThéoLa vida se escapa de mis manos, como si fuese arena infinita, se desliza entre mis manos y no soy capaz de retenerla. Puedo sentir mi piel ardiendo, mi cuerpo sacudiéndose por los temblores que el veneno me produce. En mi estado de semi inconsciencia escucho a las personas que me rodean. Mis tres hijos, a Thalia, incluso algunos lobos del consejo y a otras criaturas.Pero no la oigo a ella. ¿Será que Meinara al final consiguió lo que se proponía? Mi mente divaga entre los recuerdos, pero no estoy del todo seguro de qué es real y qué es solo una alucinación de mi mente.—Evadne… Evadne, mi amor, no te vayas…No sé si estoy hablando, o si estoy pensando; mucho menos si alguien me escucha. Lo único que sé es que la quiero a ella a mi lado, aunque sea para mis últimas horas de vida.Después de todo, los lobos no somos eternos aunque vivamos cientos de años. Sabía que este día llegaría, pero estaba en paz con la idea porque esperaba encontrarme con ella
CAPÍTULO 34: DESPEDIDAEvadneLos guardias humanos no me dejan pasar, pero, por fortuna, un par de lobos enviados del reino pasan por allí en ese momento. Cuando me ven se quedan perplejos porque rápidamente reconocen mi rostro. Al principio piensan que se trata de alguna treta, pero yo los convenzo de que no es así.—D-déjenla pasar —dice el general Beta Ymui.—Gracias general, será muy bien recompensado, pero ahora tengo que irme.Él asiente todavía con la boca abierta. A penas me abren las puertas ingreso al reino humano a toda velocidad. Escucho mis pasos resonando en el suelo de grava del reino, me sorprende ver que no ha cambiado mucho desde que me fui. Los recuerdos invaden mi mente, recuerdos de una época en la que era feliz, antes de saber quién era en realidad, no obstante, no tengo tiempo para nostalgia, debo encontrar la Luminara antes de que sea tarde para Théo.Mientras recorro las calles familiares, la emoción y la urgencia se mezclan en mi pecho. Pronto llego al lugar
CAPÍTULO 33: CARRERA CONTRA EL TIEMPOEvadneGiro sobre mis pies cuando escucho pasos acercándose. Thalia llega a la entrada del jardín, pero se detiene en seco al verme.—¡¿Evadne?! ¿Eres tú?—Por supuesto que soy yo, ¿por qué preguntas eso?—No… es que… ¡Dios lobo mío! ¿Te has visto?—Solo estoy transformada, la luna llena me ha dado el poder completo de mi loba.Thalia no dice nada, me toma del brazo y me lleva dentro del castillo prácticamente a rastras. Entramos en la primera habitación disponible y me pone de pie frente a un espejo.—¿Sigues pensando que es una simple transformación?Mi mandíbula por poco se cae al suelo al verme. Soy yo… es decir… mi apariencia… ¡He vuelto a ser la misma! Toco mi rostro y mi cabello que ahora es rubio sin poder dar crédito a lo que veo. Mi rostro, mi piel, mi cabello… la imagen que tuve de mí por tantos años ha regresado como si nunca me hubiese ido.—¿Cómo…? —pregunta.—No lo sé, sentí que había algo distinto en mi transformación, pero nunca c
CAPÍTULO 32: UNA ÚLTIMA PRUEBAEvadne—¡Théo! —grito. Pronto me doy cuenta de que no hay guerra a mi alrededor. Me encuentro en una cama caliente rodeada de una hermosa decoración en una habitación que me sienta muy familiar.Sin embargo, estoy sola. Aunque no por mucho. Escucho pasos acercándose apresuradamente. Las puertas se abren de pronto y Thalia aparece con una expresión que no sabría describir. Hay alivio en sus ojos, pero todavía prevalece una preocupación que me deja muy inquieta.—¡Evadne! ¡Estás bien!—¿Qué sucedió? ¿Dónde está Meinara y los demás lobos? ¿Dónde están mis hijos?—Tranquila, todo está bien. Después de que tú y Théo matasen a Meinara la mayoría se rindió enseguida. El Beta Caspian capturó a la manada de Meinara y los demás se han escondido, pero los están buscando.—¿Dónde está Théo y mis hijos?—Cassius tiene el mando del reino en este momento, él es quien está coordinando al Beta Caspian y a los demás del consejo. Seraphina y Aurelian están bien.Siento un
Último capítulo