Las oficinas de Macmillan & Walton desprendían una elegancia sobria, casi intimidante. Paredes de concreto pulido, vidrio templado y mármol oscuro daban la impresión de que cada decisión allí tomada tenía el poder de cambiar el destino de alguien. El silencio era cortante, solo interrumpido por el leve tecleo de los asistentes jurídicos y el eco de tacones sobre el piso brillante.
Fue en ese entorno, entre puertas que ocultaban secretos corporativos y alianzas de poder, donde Elijah la vio. Ava.
Ella emergía de la oficina de Olivia, ajustando su blazer de lino blanco con un gesto delicado. Llevaba el cabello recogido en una coleta baja, que dejaba al descubierto la curva de su cuello, y una expresión tran