Mundo ficciónIniciar sesiónSophie cerró la puerta de su habitación con un movimiento brusco y se apoyó en ella, con el corazón latiéndole desbocado. Sentía el calor aún ardiendo en su piel, como si sus labios continuaran marcados por el beso voraz de Damien, como si sus dedos siguieran recorriéndole los muslos y la humedad de su sexo siguiera delatándola.
Se dejó caer en la cama, tapándose el rostro con las manos. La vergüenza la invadía de golpe, quemándole las mejillas. No podía borrar la imagen de sí misma jadeando contra el cristal del ventanal, demasiado receptiva a su toque, casi suplicante.







