Theo no perdió tiempo alguno, y apenas la luz alumbró un poco en su ventana, salió de aquella cómoda habitación.
El mayor de los Petit había pasado toda la noche buscando información sobre la cultura del lugar, pues no quería cometer ningún error, lo que menos deseaba era quedar aún más en ridículo de lo que lo había hecho el día anterior.
Gracias a su investigación, sabía muy bien que no podía ir a la cocina a ofrecer su ayuda, porque no era bien visto que los hombres interactuaran con mujeres solteras y por supuesto que Theo no estaba dispuesto a verse arrinconado a un matrimonio sin amor, aunque si debía ser honesto, Theo no tenía ni idea de lo que era el amor.
Fue por ello que camino lejos de la mansión, ya que en su interior eran mayormente mujeres las que había, por lo que decidió probar suerte a donde él suponía que estaban las caballerizas, estaba dispuesto de ofrecer su ayuda así sea en alimentar a los caballos, aún antes de él desayunar, para pagar de alguna forma su estadía