Amir despertó con el primer rayo de sol de la mañana, en automático una sonrisa se plasmó en su rostro, misma que se desvaneció al elevar un poco su cabeza, en el preciso instante donde pensaba premiar a sus ojos, con la imagen de Olivia durmiendo desnuda a su lado, pero entonces, su aguda vista observó el cuerpo de su amada Olivia.
El aire se quedó atascado en su garganta, y volvió a ingresar a él tan lentamente, como se ponía de pie.
Olivia se encontraba de lado, como de costumbre, dándole la espalda a Amir, disfrutando de que los brazos del CEO la envolvieran, sin embargo, ahora Amir estaba de pie, viendo cada uno de sus dientes marcados en la frágil piel del hombro de Olivia, incluso unas pequeñas gotas de sangre se habían secado allí, a su alrededor, la zona estaba rojiza, y casi en simultáneo se mezclaba con un color violeta, que Amir sabía que solo se tornaría más oscuro con el pasar de las horas, pero su tortura no terminaba allí, casi toda la cadera de Olivia estaba adornada