Louis se sintió algo desconcertado por la audacia de Julieta pues, sin darle tiempo a reaccionar, ella tomó su mano con entusiasmo y prácticamente lo empujó al sofá, como si no existieran barreras entre anfitriona e invitado, mejor aún, sin importarle el rostro molesto que Theo mostraba.
Sin embargo, un actor del nivel de Louis supo disimular la sorpresa y se obligó a sonreír, mientras sus ojos recorrían el ambiente, atento a cada detalle, el departamento era amplio, inundado de luz natural gracias a las grandes ventanas, y la decoración combinaba líneas modernas con toques personales que le daban calidez, toques que a Louis le hacían saber que Olivia vivía allí y no Theo.
— ¡Siéntate, siéntate! Voy a preparar un café, no puedo creer que un actor de tu nivel esté en mi sala. — exclamó Julieta, desapareciendo tras la puerta de la cocina con una energía contagiosa.
Louis se acomodó en el sofá, aunque la incomodidad no lo abandonaba; podía sentir la mirada de Theo sobre él, fija, escruta