Olivia llegó al comedor, en el precisó momento que la señora Rossi daba las indicaciones a las empleadas para servir el suculento almuerzo, Risotto a la milanesa, algo que por supuesto hizo salivar a Olivia, pues esta joven había acostumbrado a su cuerpo a ingerir grandes cantidades de alimento cuando estaba estresada, aunque claro que no siempre fue así, más bien fue un efecto secundario de la medicación que ocuparon para salvarle su vida, pero luego estar constantemente comiendo fue algo que se arraigó en ella y, aunque ahora lo podía manejar hasta cierto punto, eso no quitaba el hecho de que cuando las preocupaciones la invadían, la comida era algo fundamental para mantener el control de sí misma.
— Olivia, ¿cómo te sientes?, estaba esperando que Amir me informara si habías despertado, ¿necesitas que llame a un médico, para que te revise?
Amir en verdad tenía razón, esa mujer era una Santa, porque Olivia estaba muy segura de que su madre Inés, jamás podría sonreírle a Julieta si es