Olivia tomaba con calma su café, a la vez que disfrutaba del paisaje, aunque la noche ya había caído, no podía evitar pensar en todo lo que Amir le había dicho, más aún en el dolor que se veía en la mirada del CEO.
Mientras tanto Amir no lograba comprender, ¿cómo no se había dado cuenta antes?, o mejor dicho, ¿cómo era posible no haber aceptado las palabras que su madre Alejandra y su hermana Leila siempre le dijeron?, parecía absurdo, casi irrisorio, el descubrir ahora, que su madre biológica realmente lo amó, y lo pensó a lo largo de su vida, y aunque bien podría sentirse aún más frustrado que antes, por el solo hecho de no haber podido conocer a Misha, no era el caso, se podría decir que por primera vez después de mucho tiempo, el diablo italiano estaba en paz.
—Es mejor que continuemos, aún nos quedan 4 horas de camino.
Olivia río, no por los dichos de Amir, más bien fue la forma natural en la que este pasó su brazo por su gruesa cintura, para finalmente depositar la palma de su m