96. Sombras en la Bruma
El bosque no era como lo recordaba.
Raven descendía por la antigua vereda de los centinelas, aquella que alguna vez fue usada por los cazadores para bordear el territorio sagrado. Ahora, la vegetación lo devoraba todo. Las ramas colgaban como garras, la niebla no se disipaba ni con el sol del mediodía, y el silencio era demasiado… vivo.
Cada paso era un latido del pasado.
Recordó la primera vez que caminó por ese mismo sendero, acompañado por su padre, mucho antes de que supiera lo que era una manada, lo que era la furia, lo que era el dolor de la traición. Entonces, todo le parecía grande, casi sagrado. Ahora, con los ojos endurecidos por la pérdida y la experiencia, veía solo sombras. Fragmentos rotos de una historia que ya no quería recordar.
– No debí volver – murmuró, pero sus pies no se detuvieron.
La decisión de regresar se le había clavado como un anzuelo en el pecho. Tras dejar a Kiara, la distancia se volvió un enemigo silencioso. Cada kilómetro recorrido no lo acercaba a la