Inicio / Hombre lobo / El Beso Fatal del Vampiro / Capítulo 1: La mentira de su hermana
El Beso Fatal del Vampiro
El Beso Fatal del Vampiro
Por: Anna Shannel_Lin
Capítulo 1: La mentira de su hermana

TEMPORADA DE VERANO, Seattle, EE. UU.

Kylie Finch abrió la puerta de la cafetería y notó a la mujer sentada en la esquina.

Llevaba un vestido color lavanda y se veía hermosa a pesar de su rostro pálido. Se levantó de inmediato al ver a Kylie.

—Pensé que aún estabas enojada y no vendrías a verme —dijo la mujer.

Kylie se armó de valor, se sentó con calma y finalmente comenzó a hablar. —Claro que no estoy enojada contigo. ¿No ves que solo estoy jugando al gato y al ratón contigo?

La mujer se sorprendió y parecía a punto de llorar.

—Sé que me culpas. Pero cuando él dijo que quería ser mi novio, nunca habló de ti. Si hubiera sabido que aún estaban juntos, no habría aceptado.

¿Nunca habló de ella? Khloe sí que sabía cómo hacer que Kylie se sintiera peor.

Kylie Finch sonrió con frialdad y dejó su teléfono sobre la mesa.

¿Acaso fingía que estaba ciega? El fondo de pantalla del teléfono de Kylie era una foto ampliada de Aiden Parker. Ella debía haberla visto.

Kylie se acercó a su rostro y soltó una mueca burlona. —Pero te has acostado con él. ¿Qué puedo hacer yo?

La mujer empezó a llorar. —¡Todo es mi culpa! Pégame si eso te hace sentir mejor...

Luego quiso tomar los brazos de Kylie como provocación.

—¿Que te pegue? —Kylie apartó sus manos de un manotazo y le sonrió con desdén—. Ensuciaría mis manos.

La mujer bajó la mirada con culpa. —Si no lo haces tú, lo haré yo misma... —Entonces comenzó a abofetearse.

Kylie miró su propio puño cerrado. Por primera vez, se dio cuenta de que eran bastante parecidas. Ambas fingían ser alguien que no eran.

Esa mujer fingía ser pobre e inocente, y Kylie fingía ser fuerte.

Porque esa mujer sabía que la inocencia podía darle lo que quería, y Kylie sabía que solo podía proteger lo que merecía si era fuerte como un erizo.

Kylie no reaccionó ante las bofetadas de Khloe, y la mujer se sintió avergonzada después de su arrebato. Sus lágrimas seguían cayendo.

—Hermana, ya me he golpeado. Dime qué puedo hacer para que me perdones.

—No le ruegues —un hombre entró a la cafetería y envolvió rápido a Khloe entre sus brazos.

Kylie se quedó congelada y no pudo procesar lo que estaba pasando.

Anoche, Khloe la había llamado llorando y borracha, suplicándole que fuera a recogerla.

Pero Kylie los había visto teniendo sexo en su habitación. Y por lo visto, no era la primera vez.

Había confrontado a Khloe ese mismo día y quería saber cuáles eran sus intenciones. Pero para su sorpresa y molestia, Khloe había fingido inocencia frente a Aiden. Esa perra.

Al mirarlos, Kylie apretó la mandíbula y puso los ojos en blanco. —Aiden, ¿no recuerdas que soy tu novia?

—Pero amo a Khloe —Aiden la miró con frialdad—. Solo te usé como escudo.

Kylie soltó una risa amarga. Durante cinco años había alejado a todas las mujeres que intentaban acercarse a Aiden, incluso había considerado renunciar a su carrera por él.

Pero jamás imaginó que todo sería en vano por culpa de esa mujer.

—Entonces debería felicitarlos. Ustedes dos son perfectos el uno para el otro, par de idiotas —Kylie dio media vuelta y salió apresurada.

Si bajaba el paso, empezaría a llorar.

Después de subir a su auto, pisó el acelerador y el vehículo dio un tirón hacia adelante.

En ese momento, notó que Khloe la había seguido y corría hacia su auto como si quisiera matarse por sus pecados.

Kylie se asustó y giró el volante bruscamente sin notar el auto que venía atrás.

¡Boom!

Su viejo Alto quedó destrozado. Por suerte, el coche detrás no iba rápido, o estaría muerta.

Pero era un vehículo todoterreno blindado, un Knight XV.

Kylie venía de una familia rica, pero no tenía mucho dinero propio. Apenas podía pagar una llanta.

Esa perra.

Kylie reunió todas sus fuerzas para abrir la puerta y correr hacia Aiden y Khloe. Esa mujer apenas podía apretarle la mano, estaba en shock.

Maldita sea. Sin mirarlo, Kylie metió su mano con uñas rojas en el bolsillo del abrigo de él y empezó a buscar algo.

—¿Qué haces? —Aiden no esperaba que hiciera semejante espectáculo en plena calle. Estaba avergonzado y furioso, y comenzó a ponerse rojo.

Kylie lo miró con gusto; le encantaba molestarlo. Claro que no haría algo así si su auto no estuviera destruido.

Finalmente encontró la billetera de Aiden y sacó una tarjeta negra. La nueva querida de él había arruinado su auto, así que él debía pagar los daños.

—¡Estás loca, maldita sea! —Aiden Parker empezó a gritar cuando vio que ella había tomado su tarjeta con el límite más alto.

Kylie se paró junto al Knight XV; su cuerpo pequeño parecía un simple adorno al lado del vehículo enorme.

Le entregó la tarjeta al conductor, que lucía nervioso, y dijo: —Qué buen auto tiene, señor. Use esta tarjeta para pagar cualquier daño.

Kylie notó a otra persona sentada en el asiento trasero del Knight XV.

El pasajero llevaba una camisa blanca y un traje negro. Se veía altivo. Sus ojos eran muy oscuros.

Kylie sintió el aire frío que salía del auto. No podía dejar de frotarse las manos. ¿No notaban lo frío que estaba el clima?

Luego volvió la cabeza y miró su auto humeante. Kylie se sintió desesperada.

Pero lo hecho, hecho estaba.

Rodeó el Knight XV, abrió la puerta del copiloto y subió. —¿Puede llevarme a Garcia Entertainment, señor?

—Este no es un taxi… —respondió el conductor con frialdad.

Una voz baja y fría vino desde atrás: —Elliot, llévala.

Pero antes de que pudiera mirar al hombre en el asiento trasero, su puerta se abrió de golpe. Aiden intentaba sacarla del asiento.

—Tienes que disculparte con Khloe.

Kylie casi cayó al suelo.

Le dolía tanto. Había amado a ese hombre durante cinco años. Había renunciado a todo por él. Él le había vendido un sueño, pero ahora quería arrebatárselo.

Todo había sido una fantasía.

Ella sonrió con crueldad. —Ella me quitó a mi novio y tú quieres que me disculpe con ella. ¿Qué te pasa?

Aiden, furioso, agarró su brazo. —Cuando supo que eras mi novia, lloró toda la noche. Se preocupa tanto por ti y tú casi la atropellas.

—Aiden, si de verdad la amas, deberías encerrarla en tu casa. No la dejes andar por ahí metiéndose debajo de los autos.

Aiden explotó. Apretó y jaló su brazo con más fuerza. —Pide disculpas.

Kylie forcejeó. —¡Suéltame! Khloe, tu perro está loco. Llévatelo.

Aiden, lleno de rabia, levantó la mano para abofetearla. Pero su mano quedó detenida en el aire.

Ella no se había dado cuenta de que alguien se había acercado. Un hombre mucho más alto estaba junto a Aiden. Su mano, más fuerte, sujetaba la muñeca de él.

Ese hombre era tan alto que Kylie quiso alzar la vista para verlo. Pero era agosto, y cuando levantó la cabeza, el sol intenso la deslumbró. Aun con el calor, podía sentir el frío que emanaba de él.

La voz profunda y firme los puso nerviosos a ambos.

—Suéltala.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP