"la libertad no es hacer lo que quieres, si no querer lo que haces"
AZURA
Caminaba con el alma hecha pedazos. Por fuera podía parecer entera, digna, incluso con la barbilla en alto… pero por dentro solo sentía un vacío asfixiante que me quemaba como brasas bajo la piel. Volver a este lugar, a este infierno donde me arrebataron todo lo que alguna vez soñé tener, me destrozaba. Mari iba a mi lado, más silenciosa de lo normal. Su presencia me reconfortaba. Era como un ancla en medio de la tormenta.
—¿Sabes? —dijo ella rompiendo el silencio—. Pensé que todo me dolería más. Pero estar aquí contigo… me hace sentir que todo lo que vivimos aquí ya no tiene poder sobre nosotras. La miré y traté de sonreír. Le debía tanto. Si no fuera por ella, no podria enfrentarlo… probablemente seguiría siendo una sombra sin nombre.
—Gracias, Mari —susurré—. Gracias por estar aqui conmigo.
—Siempre —dijo con una sonrisa ladeada—. Pero ahora vamos, tenemos que ver si todo sigue igual… o peor.
Y así empezamos