Después de la celebración de Año Nuevo, Clara y Lucas se sintieron más conectados que nunca. Habían aprendido a apoyarse mutuamente y a ser vulnerables, lo que había fortalecido su relación de maneras que nunca imaginaron. Esa noche, mientras estaban acurrucados en el sofá, rodeados de mantas y el suave resplandor de una lámpara, Clara propuso una actividad que había estado pensando.
—¿Qué te parece si hacemos una lista de nuestros sueños y aspiraciones? Quiero saber qué hay en tu corazón —sugirió, su voz llena de entusiasmo y curiosidad.
Lucas sonrió, sintiéndose emocionado por la idea. Sabía que este ejercicio podría ayudarles a explorar no solo sus metas individuales, sino también su futuro juntos.
—Me parece genial. Podemos compartir nuestros deseos y apoyarnos en ellos —respondió Lucas, tomando un cuaderno que tenía a mano y un bolígrafo.
Ambos comenzaron a escribir, el silencio del momento roto solo por el rasguño de las plumas sobre el papel. Clara escribió sobre su deseo de da