Punto de vista de EscarlataBobby ladraba insistentemente por toda la cueva mientras empujaba con su hocico la caja de madera que Luciano sostenía. Agitaba la cola con urgencia, como si intentara convencerlo de que la abriera.
A través de nuestro vínculo, percibí su corazón acelerado por el temor. Sus dedos recorrían temblorosos los bordes desgastados de la caja.
—¿Qué más me dejaste? —susurró a mi cuerpo sin vida—. ¿Qué otras verdades me destrozarán?
Finalmente levantó la tapa con manos temblorosas. Al ver el contenido, se le fue todo el color de la cara.
Las fotos se desparramaron por el suelo de la cueva como pruebas irrefutables de sus pecados. Cada imagen revelaba un momento de su traición con detalles perfectos y condenatorios.
—No —exhaló, pero sus manos actuaban por voluntad propia y recogían una foto tras otra.
La primera foto lo mostraba con Lilia en La Rose, aquel costoso restaurante francés del centro. Ella aparecía sentada en su regazo mientras él le daba tiernamente trozos