Punto de vista de EscarlataObservé cómo a Luciano le temblaban violentamente las manos mientras miraba la pantalla de mi celular. Él abría los ojos cada vez más con cada mensaje que leía, mientras el horror se apoderaba de su rostro al comprender finalmente toda la verdad.
—Tu pareja acaba de salir de mi cama —decía uno de los primeros mensajes de Lilia—. Se siente bien rico, más que antes. Ha cambiado mucho de lo que era hace años, ya es todo un hombre, fuerte y maduro, y tener sexo con él es genial. Me vuelve loca sobre todo cuando gime mi nombre...
Luciano sangraba por la boca mientras se obligaba a continuar leyendo.
—¿Te sientes sola en esa gran cama tuya? —se burlaba en otro mensaje—. No te preocupes, tu Alfa me tiene bien caliente esta noche. No se cansa de mi cuerpo. Me dijo que le encantan mis pechos, y que ahora están más grandes.
Él temblaba tan fuertemente con las manos que casi deja caer el celular, pero aún quedaban más mensajes por leer.
—¿Sabías que lo hacemos en su ofi