Punto de vista de EscarlataObservé a Luciano apretar mi carta con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos. Todo su cuerpo temblaba con una emoción apenas contenida.
—Esto es mentira —le gruñó a Sara, arrugando el papel—. Estás compinchada con Escarlata en esto, ¿verdad? ¿Es algún tipo de prueba macabra?
Sara mantuvo su rostro frío como el invierno. —No te atrevas a acusarme de mentir sobre la muerte de mi mejor amiga.
—A ver, demuéstralo —su voz se quebró—. Demuestra que ella está...
—Sígueme —Sara se dio la vuelta sin decir otra palabra y caminó hacia el hospital.
Luciano la siguió con pasos cada vez más desesperados. Yo flotaba detrás de ellos, incapaz de alejarme debido a nuestra conexión maldita.
El Dr. Kane se encontraba en su oficina, como si nos hubiera estado esperando. Cuando entramos, nos recibió con una expresión seria, muy diferente a su habitual calidez.
—Dile la verdad —le ordenó Sara—. Muéstrale todo.
El Dr. Kane sacó un grueso expediente médico del cajón de s