El coche de Damian avanzaba por las calles de la ciudad a una velocidad moderada.
Sus manos sujetaban el volante, pero su mente no estaba en el camino. Repetía una y otra vez las palabras de Aurora en su cabeza:
"Si eso significa que tengo que hacerte perderlo todo, entonces sí, es parte de mi plan."
Damian golpeaba suavemente el volante con los dedos. Podía aceptar que Aurora estuviera enfadada, podía aceptar que tenía que pagar por todo, pero ¿por qué Sebastian? De todos los lobos del mundo, ¿por qué él?
Su móvil vibró en la consola central. Un nombre apareció en la pantalla, Selena.
Damian soltó un largo suspiro. Llevaba días recibiendo mensajes y llamadas de esa mujer, pero esta vez decidió contestar.
—¿Qué pasa? —preguntó Damian.
—Quiero hablar contigo. Por favor, ven a verme ahora —dijo Selena.
Damian no respondió enseguida, pero unos segundos después, dirigió el coche hacia el apartamento donde sabía que vivía Selena, un lugar que había visitado muchas veces en el pasado.
Selen