Un mes después.
Damian cerró la puerta de la sala de reuniones con un leve golpe. Sus ojos recorrieron la mesa larga de madera, que momentos antes estaba cubierta de archivos tan gruesos como un manual de guerra. En la silla frente a él, Beta Arc inclinó ligeramente la cabeza mientras ordenaba los informes de auditoría con sus finos dedos. Arc, Beta de confianza de la Manada White desde la época del padre de Damian: leal, firme, pero demasiado directo al hablar.
—Alpha, lo repito: apareció un fondo de rescate de tres millones de dólares sin la aprobación de la junta. Ese dinero se transfirió a una fundación nueva a tu nombre, pero...
Damian resopló, llevándose una mano a la sien. —¿Qué fundación?
Arc abrió la carpeta. —SilverMoon Foundation. Se constituyó hace dos meses. La propietaria legal es Aurora White.
Damian fijó la vista en el nombre de su esposa impreso en el papel. Sintió que la sangre se le detenía en la cabeza por un segundo.
—¿SilverMoon? Es el proyecto de RSC para manada