A través del teléfono, la voz de Hans hacia Esperanza resonó con ternura y paciencia:
—Mañana tengo una videoconferencia, puedes ir con tu mamá. Pediré a Rodrigo que las lleve.
Esperanza frunció los labios ligeramente, sintiéndose un poco decepcionada, pero aún así respondió:
—Está bien, papá. La próxima vez tendrás que venir con nosotras, ¿vale?
El hombre respondió con un suave "Mmm" y no dijo nada más.
Esperanza continuó la conversación por la llamada con Dafne:
—Mamá, ¿a qué hora nos veremos mañana?
—Emm, ¿puedes levantarte temprano por la mañana?
A Esperanza le costaba mucho levantarse temprano por la mañana, por lo que no le gustaba ir a la escuela, incluso su apodo en WhatsApp era "No quiero ir a la escuela".
—Para ir a la escuela no puedo levantarme temprano, ¡pero si salgo contigo, puedo levantarme a las ocho en punto!
Dafne no pudo contener la risa:
—Está bien, entonces nos vemos mañana a las ocho en punto.
—¡Genial! ¡Voy a ver a mamá! Hay tantas cosas que quiero decirte.
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