*—Dominick:

Al llegar al piso, lo primero que hizo fue aspirar profundamente. El aire limpio y las feromonas dulces de su omega flotaban en el ambiente. El corazón le dio un vuelco. Dios, lo había extrañado tanto.

No percibía las esencias de Micah o Nicole. Recordaba que su hermana estaba ocupada con un programa de formación para empleados, y al parecer Micah no había ido ese día. Mejor. Tendría privacidad. Solo quería a Callum. Su calor. Su voz. Su piel.

Avanzó por la recepción con pasos firmes, expectantes. No vio a Callum en su puesto, pero no se preocupó. En la videollamada, había notado que el fondo era la pared de la empresa… estaba allí, en alguna parte. Quizá en el baño. Quizá en otra oficina. Perfecto. Iba a sorprenderlo.

Con una sonrisa, se detuvo frente a la puerta de su oficina y giró la manija. No se movió. Frunció el ceño y lo intentó de nuevo. Nada.

¿Callum la había cerrado con seguro?

Podía ser. Tal vez no quería que nadie más entrara mientras él no estaba vigilando.