*—Callum:
El zumbido de las máquinas electrónicas del área era lo único que rompía el silencio.
Callum, sentado en la camilla, con una bata fina abierta por la espalda, miraba fijamente la pared blanca. Sus manos temblaban levemente sobre sus muslos. Sentía el ardor persistente en el vientre bajo, como si su cuerpo le estuviera recordando cada segundo que algo en él había cambiado… sin su permiso.
El especialista en Rasgos Secundarios, el doctor Giovanni Valen, le miro con una expresión grave y ojos clínicos, para luego cerrar la carpeta digital frente a él y se volvió para mirarlo.
—Tu matriz ha completado la maduración —dijo sin rodeos, como quien da una sentencia.
Callum tragó saliva. No debería sorprenderle… y, aun así, lo hizo.
—¿Eso significa que… ya soy…? —No pudo terminar la frase. Decirlo en voz alta lo haría más real.
—Un omega recesivo maduro, sí —asintió el doctor con calma profesional—. El sangrado que experimentaste fue el equivalente a una menarca. Es tu cuerpo anuncia