Lucrecia después de que se despidió de Adrianna, pudo demostrar lo que realmente sintió y lo ocultó a su amiga. Entró a su auto agarró el volante, lo apretó con tanta fuerza y un grito desgarrador salió de su interior.
—¡Aaaahg! —lloró, lloro desconsoladamente sintiendo impotencia y dolor por no haber estado ahí para su amiga, ayudarla en el proceso. Y, sobre todo, por no saber quién lo los invitados que había aquella noche,cometió ese delito que le cambió la vida a su amiga y sobre todo no supo de ella por años.
Sus lágrimas rodaban sin parar y sus sollozos eran tan fuerte que su cuerpo se sacudía.
Trató de calmarse, encendió el auto y salió para ir a la recidenca Marccetti.
Manejó sintiéndose perdida en sus pensamientos. Llegó. Estacionó el auto. Bajo y caminó como un zombi, arrastrando sus pies.
Subió a su habitación en completo silencio y se lanzó a la cama tal y como estaba. Las palabras de Adrianna se repetían una y otra vez en su cabeza como un mantra. " Esa noche el hombre qu