Una reunión peligrosa.
En toda su vida el cruel y despiadado Antoni Corlioni, no se había sentido tan intimidado ante la presencia de alguien, y está vez los cabellos de la nuca se le pararon al tener a los hermanos Salvatore frente a él.
— Por favor tomen asiento, ¿Qué van a beber? — El italiano estaba haciendo su mejor esfuerzo para que no notaran su temor.
— Whisky, el mejor de la casa. — Respondió Angelino mientras se tomaba asiento en el cómodo sofá.
— Veo que tienen gran parecido, sin duda corre la misma sangre por los tres, pero este hombre de ojos azules y cabellos largos y blancos, ¿Es su cuarto hermano? — El hombre se refería al Alfa Romano, quien era muy diferente en apariencia a los demás.
— El es... De la familia, nuestro primo. Pero hablemos de negocios. — Pidió Angelino tan directo como era.
— No hay por qué impacientarse, beban un trago primero y disfruten de nuestras bellas chicas. Son una belleza, ¿Cierto? Pueden tener a la que quieran, corre por cuenta de la casa.
Sin embargo