Llamando a su luna...
Los guerreros bajaron de los enormes caballos que lucían con él pelaje brillante y muy bien cuidados.
La indefensa loba comenzó a temblar, habían recorrido tantos kilómetros para ponerse a salvo, y ahora estaban a punto de ser asesinadas. Ella bajó y corrió a interponerse para que no vieran lo que llevaba la carreta.
— Se lo suplico, no somos enemigos, Pero dejennos ir, solo queremos pasar. — La enfermera tenía los brazos alzados pidiendo que no abrieran la lona de la parte trasera.
— Esta loba está muy sospechosa, debemos revisar. Quizás se quieran meter a nuestro territorio y atacar por sorpresa. ¡Quítate de en medio loba!
El guerrero empujó a Sofía, ella cayó a la tierra golpeándose un poco. Fué entonces que el centinela abrió la lona y lo que vió lo descolocó totalmente.
El Alfa de la manada vió su reacción y bajó de su caballo, se había intrigado mucho y quería ver lo que había personalmente.
— ¿Qué hay ahí? ¿Acaso son cuerpos?
— Alfa Romano, tiene que ver est