La plática con sus cachorros...
Los Alfas hicieron suyas a sus lunas, con besos y caricias quisieron borrar sus tristezas, además que ellos mismos querían llenarse del amor de sus destinadas antes de marcharse a pelear.
— Cachorro, es papá... tendré que salir por un tiempo, sé que estás cómodo en el vientre de mamá, pero ahora tendrás que tomar el rol protector y cuidar de mamá, ella es... Maravillosa, y si no vuelvo... Si no vuelvo de la guerra, quiero que le des muchos besos y abrazos por mi.
El Alfa Angelino le hablaba a su cachorro, su luna se había quedado dormida después de hacerle el amor, ella estaba muy somnolienta.
El Alfa se duchó y bajó al despacho de nuevo. Tenía trabajo por hacer todavía.
En la habitación del Alfa Romano, él acariciaba el vientre abultado de su luna, quería volver después de la guerra a conocerlo, y la incertidumbre de no saber si sobreviviría era una tortura, no por él, si no por su familia.
(...)
En una amplia cama completamente desnudos, Leonardo ponía sus manos sobr