La fiesta de fin de año.
A Rayan se lo llevaron en un vehículo, fueron los mismos supervisores de los peligrosos reclusos de la prisión en la que cumpliría su sentencia.
— ¡Soy inocente, no merezco ir a esa cárcel, yo no soy un delincuente, no mate a nadie, ese lobo fue revivido por su madre, deben perdonarme por esta vez!
— Ya cállate, eso mismo dicen todos los presos que cumplen condena en CAPRA, ¿Acaso crees que no tenemos ya tu expediente en las manos? Aquí dice que has estado molestando desde la primaria a los estudiantes más pequeños y débiles. Qué vergüenza de guepardo.
— ¡Solamente jugábamos con ellos, eran bromas inocentes, nadie salió herido, lo están exagerando todo!
— ¿Están exagerando años de bullying, años de abuso, y además de todo que asesinaras a traición a ese joven Alfa cuando él quiso proteger a una chica? En verdad que tú no tienes honor. Eres una vergüenza para tu raza, pero a dónde te llevamos vas a aprender como debes comportarte.
— ¡Nooooo, Sueltenme, regresenme al cole