Escapando de los malvados betas.
La beta corrió a decirle a su esposo que había visto como la luna cargaba a su hijo muerto en brazos.
— ¡Esposo, por fin las cosas se han puesto a nuestro favor, el cachorro herido que se debatía entre la vida y la muerte dejó de existir!
— ¿Cómo dices? ¿Estás segura de que realmente murió?
— Yo mismo ví a esa patética loba cargando a ese engendro muerto, lucía como un zombie. Si el Alfa la hubiese visto se hubiese desencantado de ella. Esa luna Jamás tendrá la belleza de nuestra hija.
— Nunca, nuestra Esmeralda es hermosa, es fuerte, inteligente, sería la luna perfecta para el rey Salvatore, y ahora que nos desharemos de su descendencia y de Alejandra, tendrá que buscar otra loba y esa será nuestra hija.
Los betas ya se hacían alcanzando el poder. Pero la diosa luna tenía otros planes muy diferentes. Y los mostraría cuando fuera el momento.
La luna al no tener nadie detrás de ella, caminó por los pasillos vacíos procurando que no la vieran salir, le ayudó bastante