El destierro de la beta.
Cuando por fin después de caminar por horas la beta Esmeralda pudo llegar a su pequeña villa, estaba muerta de cansancio, pero necesitaba ver a Leonardo y saber que era lo que había pasado. Solo que se encontró a sus padres furiosos y estos la pusieron al tanto de la situación.
— ¿Cómo que esa inútil loba se fue? ¡Entonces... me ha dejado el camino libre la muy estúpida! — La loba se ojos amarillos rió de alegría, sentía que había cálido la pena la larga travesía.
— Si, ella se fué después de que el cachorro muriera porque el Alfa no llegó a salvarlo, yo misma la escuché cuando dijo que ya no le interesaba en lo absoluto el rey, que te lo podías quedar para siempre.
— ¡Y eso es precisamente lo que voy a hacer, ahora mismo voy a ducharme para alistarme en un lindo atuendo. Iré a buscar a Leonardo, lo consolaré en su pena y con el tiempo volveremos a ser lo que fuimos!
(...)
En ese momento el Alfa entraba a sola a la habitación que había ocupado su luna con sus cachorros.