Dónde está el padre de los cachorros.
La luna se quedó en silencio unos segundos, Pero después ella habló lo que tenía para decir.
— ¿Es que acaso tú vas por la vida secuestrando a quien se te plazca sin importarte si tiene algún lugar a dónde ir? Qué oficio de tan perdida de tiempo para un Alfa que debería estar muy ocupado haciendo mejoras a su territorio.
El Alfa enarcó una ceja, en menos de dos segundos esa loba recién llegada lo había ofendido diciéndole ocioso, siendo que él trabajaba siempre de sol a sol.
— No me conoces lo suficiente como para hablar así de mi de esa manera. Los encontré en el camino, así que decidí traerlos a qué los trajeran a qué los médicos los revisaran. ¿Y todavía te atreves a dudar de mis intenciones? Debí dejar que tus cachorros siguieran heridos de la farra y de la pata, también al que murió que terminara de bien morir.
El Alfa se veía algo enfadado.
— No es mi intención causar problemas, solo entiende que mis cachorros son muy pequeños aún, necesito cuidarlos, puede haber