— Dos padres celosos de sus hijas.
Los cachorros Joshino y Lorenzo les contaban a sus madres que habían encontrado a sus lunas en las cachorras que acababan de nacer.
Las madres estaban contentas por sus pequeños, ellos habían tenido la suerte de encontrar a su alma gemela desde muy temprana edad, y las lobitas Aleska y Joana, habían encontrado a sus Alfas apenas nacieron.
Alejandra vió entrar a su habitación al rey, ella sabía que no era sencillo para él aceptar la situación.
— Lo sabes, ¿Cierto?
La luna estaba terminando de darle de comer a su cachorra.
— Si, lo sé, Lorenzo vino a contarme como se le había acelerado el corazón, y como su lobo saltaba de un lado a otro, me lo decía muy emocionado. Es un cachorro muy afortunado, ¿No lo Creés?
— Lo es, la diosa luna esta vez me ha sorprendido demasiado. ¿Cómo ha sido posible que nuestra hija ya haya encontrado a su Alfa? Me cuesta aceptarlo.
— No tienes que aceptarlo ahora mismo, deja que pase el tiempo, todavía falta mucho para que Aleska crezca.