La posición de Triana había cambiado drásticamente de la noche a la mañana. La realidad la había golpeado.
No hacía más que atormentarla mientras estaba encerrada en una celda, de la que estaba desesperada por salir, pero no había conseguido nada de lo que esperaba.
El hecho de que nadie le dijera nada sobre su futuro la frustraba más, pues había sido ignorada de manera olímpica. En medio del desespero, preguntaba qué pasaría con ella.
Había llegado a escuchar que Alaric Winter la tenía allí, solo esperando hasta que decidiera qué hacer. Tal vez era un método de tortura de parte de Alaric. Triana había llegado a considerarlo, pues lo cierto era que no veía otra explicación. Estaba llegando a un punto de desespero y perdición que incluso estaba segura de que su cordura la había abandonado hacía mucho tiempo.
—¿Estás seguro de eso? No estoy muy convencido sobre el hecho de que sea lo mejor…
La voz de alguien más resonó en el pasillo solitario. Triana, que estaba sumida en el silencio, l