—¿Qué acabas de decir? —La pregunta de Alaric era una clara muestra de sorpresa e incredulidad, mientras Rachel le dio una pequeña sonrisa y habló con total tranquilidad.
—Lo que escuchaste, usaremos a Triana… —Alaric negó con su cabeza, aún incrédulo ante las palabras de Rachel.
Triana no era alguien en quien pudiesen confiar.
Odiaba a Rachel y le había hecho daño a su hijo, Alexei.
El hecho de que Triana siquiera pudiese pedir algo a cambio sería aún peor.
Alaric, que estaba frente a Rachel, se preguntó si ella estaba pensando con claridad.
Sabía que la familia Blaine era astuta y solía jugar con las personas para conseguir lo que deseaban.
Pero no consideraba que fuesen algún tipo de psicópatas a los que no les importara siquiera su propia seguridad.
—No lo haremos… me temo que no estoy de acuerdo, tu seguridad es primordial, por lo que no estoy dispuesto a arriesgarme de esa manera, sin contar que Alexei…
—Sé lo que piensas, pero es la mejor manera. Solo detente por un segundo y a