Hacía unos minutos habían indicado que Rachel estaba lista para recibir visitas. Por fin había despertado de la anestesia, por lo que estaba preparada para recibirlos luego de una revisión de sus doctores.
Aquellos que habían notado que, lejos del dolor que sentiría, todo estaría bien, pues era un verdadero milagro que alguien que había llegado tan débil estuviera con vida en aquella situación.
Por lo menos, eso habían llegado a decir los doctores, aquellos que parecían aliviados con la circunstancia, sin contar con la familia Blaine, quienes por poco se derrumban del alivio tan grande que habían llegado a sentir en aquel instante.
—Pareces nervioso… —Alaric observó a Orión Blaine, quien estaba sentado a su lado en silencio, mientras Sierra, a su lado, seguía ensimismada en sus pensamientos.
Aquella parecía no estar pasándola para nada bien y Orión, con el afán de cuidarla, había decidido quedarse a su lado, mientras los padres de Rachel habían entrado hacía unos minutos a verla.
—Eso