Sierra miró el imponente edificio de la Corporación Blaine.
El cristal y el acero se elevaban hacia el cielo, reflejando el sol de la tarde con un brillo que rivalizaba con el de la Corporación Winter.
Jamás imaginó que una empresa que no manejaba la bolsa de valores fuera tan grandiosa, tan inmensamente rica y poderosa. La sensación de asombro y nerviosismo se apoderó de ella, pero no retrocedió.
La verdad sobre Destiny era más importante que cualquier intimidación.
Una elegante secretaria, con un semblante serio, la guio a través de un pasillo, hasta una puerta de madera oscura.
La abrió sin hacer ruido y le indicó que entrara. Sierra se adentró en la oficina, donde el aire se sentía pesado, cargado de poder.
No solo el imponente escritorio, sino la vista de la ciudad que se extendía ante la gran ventana de cristal.
Orion Blaine se encontraba de pie, de espaldas a ella, junto a su padre, Kael Blaine. Ambos tenían una postura imponente, digna de los líderes que eran.
Orion se volteó,