Destiny observaba la espalda de Kael, un tanto sorprendida. Notó cómo aquel parecía enojado, pero de alguna manera su furia no era con ella.
—¡Padre! —interrumpió Ember, intentando defender a Triana—. Esa mujer atacó a Triana de la nada, la pobre estaba ahí sin siquiera decirle una sola palabra para que ella reaccionara de esa manera tan nefasta. ¡Qué vulgar!
Alaric seguía allí, en silencio, su rostro, una máscara de frustración.
De la nada, caminó hacia Triana, la ayudó a levantarse con un tanto de incomodidad y le preguntó: —¿Te encuentras bien, Triana?
Triana, en medio de un llanto fingido y dramático, se aferró a Alaric y dijo: —No es justo, no he hecho nada, Rick. Ella me atacó de la nada, solo hemos tenido buenas intenciones, solo queremos ser amigas de ella, tratarla como parte de la familia, solo quería que ella me viera como a su hermana mayor, quería que, al ser una huérfana, no se sintiera sola al tenernos a nosotros.
Destiny observó la actuación de Triana, lo aceptó, ella