—¿Y los lirios son hermosos? Había tantas flores, no puedo creer que me hayas dado tantas, mami… —Las palabras animadas de Cosette lograron que el corazón acelerado y nervioso de Rachel se tranquilizara un poco.
Su pequeña hija no tenía la menor idea de lo que pasaba por su cabeza en aquel momento: el hecho de que su madre no solo la llevaría con su padre, sino que también enfrentaría al hombre que había rechazado de manera fría la noche anterior.
Justamente mientras ella dormía, sin notar lo que ocurría con los adultos aquella noche en su hogar.
—¿Entonces qué harás? —La pregunta de su hermano, que iba en el asiento del copiloto, la hizo tensar de nuevo.
Se suponía que aquel viaje de compras sería solo de madre e hija, pero el problema era aquel polizón, aquel que parecía interesado en todo lo que sucedía alrededor de Rachel y Alaric, pues parecía más como un acto de comedia para él.
Algo que tenía muy molesta a Rachel.
—¿Seguirás con esto? —Rachel habló con un tono molesto, mientras