La mañana en la mansión de York era clara, silenciosa. Isabelle había pedido que todo estuviera listo: los documentos, los abogados, el notario. El divorcio se llevaría a cabo sin prensa, sin ruido. Solo con las personas necesarias.
Noah llegó puntual, acompañado de su abogado. Vestía sobrio, pero con esa calma que solo él sabía mantener en momentos difíciles. Isabelle lo recibió en el salón principal, donde ya estaban el abogado de Jonathan —ahora representante legal de Isabelle— y el notario.
—Gracias por venir —dijo Isabelle, con voz firme.
—Gracias por hacerlo así —respondió Noah, con una mirada serena.
El abogado de Noah fue el primero en hablar.
—Como se acordó, la mitad de Hartley Enterprises pasará a formar parte de The Moore Group. Es un acuerdo limpio, sin cláusulas adicionales.
El abogado de Isabelle revisó los documentos y frunció el ceño.
—Jonathan dejó estipuladas ciertas condiciones en caso de divorcio. Cláusulas que podrían afectar la transferencia.
Isa