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—¡No me toquen, que no saben con quién se están metiendo!

—Salga por las buenas o lo llevamos a la comisaría, por las malas. Usted decide, que a nosotros nos da igual si es el hijo de presidente o del barrendero, solo cumplimos con nuestro trabajo de preservar la paz.

—Ya me calmo, ¿contentos? Ves lo que haces, Evelyn, me van a llevar detenido por tu culpa, como puedes decir que me amas y me haces esto —seguía gritando, mientras forcejeaba con ambos oficiales

—No entiende ni con manzanitas, que deje de gritar, le hemos dicho, deje a su novia en paz, la tiene hecha un mar de lágrimas.

El ruido de una cerradura siendo abiertas y una puerta ligeramente abierta, y la pobre estaba hecha un desastre, tal como dijo el oficial, un mar de lágrimas, no deja de hiperventilar, sin embargo, aún no podía con su corazón de pollito, mucho menos cuando se trataba de su príncipe, sin importar lo que este hiciera o dijera, seguía siendo su rubio bonito, aunque en ese momento su actitud le rompiera el co
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