—Suéltala —hablo y empuño el arma con fuerza. —¡Suéltala! —grito y doy dos pasos más, el arma toca su cabello, mi bebé observa el rostro del hombre. —Es interesante escucharte actuar como lo que en verdad eres —habla y siento que mis piernas casi fallan al reconocer su voz, trago con fuerza mientras él se da la vuelta y lo miro, mis oídos no me traicionaron, es él, es Nathaniel, el hombre que envié a la cárcel hace un año. Fijo su rostro, su barba está un poco larga, su cabello necesita un corte, su mirada tiene una mezcla de emociones y no necesito mucho para saber que todas son negativas, no hay rastro de la calidez con la que me observaban hace un año. —Suelta a mi hija —digo aun apuntándole, mi hija levanta su carita para verlo, él hace lo mismo, los dos tienen su mirada fija en el otro. —Querrás decir, nuestra hija —me corrige serio y se vuelve para verme. Me pregunto ¿cómo logro salir de prisión?, ¿desde cuándo?, él acaricia la pequeña espalda de la niña mientras me observa, atónita noto que mi hija esconde su carita en el cuello de… su padre...
Ler maisRegistro SAFECREATIVE №2505209559954
Todos los derechos reservados. ANNA Observo mi reflejo en el gran espejo rodeado de luces cálidas que me permite ver esta imagen de mí, siendo esta versión temporal de otra persona, por esta noche seré Candy, una mujer que ofrece sus atributos a hombres o individuos que vienen a este lugar en busca de entretenimiento, por supuesto que son una bola de indeseables que buscan fuera de sus casas lo que ya tienen en ellas, sus esposas seguramente se quedaran esperando ahí, con la cena caliente que prepararon con sus manos y apuesto a que son buenas mujeres que les ahorran el dinero, mismo que ellos vienen a gastarse a este sitio de mala muerte. La música retumba en el lugar y se oye un poco menos aquí en los camerinos, le doy un ultimo toque a mi rostro con polvos sueltos, un retoque al pintalabios rojo y me pongo de pie, observo el sexy traje que estoy usando, un enterizo de charol que tiene algunos hoyos circulares en todo el cuerpo, dando vista a mi abdomen, mis piernas y algo de mi trasero, llevo prendas íntimas del mismo material, un pequeño biquini, luzco como una versión erótica de gatubela y es mucho decir ya que el personaje es muy sexy por sí mismo. —Candy, sales después de lollipop —menciona el chico que dirige las presentaciones, es el hijo del dueño del club. Asiento mirándolo por el espejo y él se retira mientras mantiene su vista en una hoja que sostiene en las manos. Respiro y ajusto la coleta alta que soltare dentro de poco, la canción de Lollipop que es una de las bailarinas que estaba bailando en el escenario comienza a disminuir el tono y camino hacia allá. —El objetivo ha ingresado hace media hora, lleva una chaqueta de Denim, una camiseta roja desteñida y una gorra verde —escucho la voz de Kade en el auricular que tengo en mi oído izquierdo. —Recibido —respondo al collar que tengo en el cuello donde hay un micrófono, subo al escenario exudando sensualidad, he tenido que hacer este tipo de trabajo en otras ocasiones, así que se me da muy bien. Escucho que me presentan como una nueva adquisición del club y los hombres enloquecen con bitores y aplausos, las luces se encienden y soy a la única a la que le apuntan, la música es estridente, comienzo a hacer la sensual coreografía, intento no pensar en que estoy bailando para un montón de cerdos, acaricio mi cuerpo al ritmo de la melodía, me deshago del traje y quedo en el pequeño biquini y les dirijo una mirada fría, les encanta, seguramente me ven como un reto, los billetes caen a mis pies y me acerco al inicio del escenario el cual se asemeja a una pasarela, mi vista se dirige al publico y fijo nuestro objetivo, está en las mesas privadas al lado de otro hombre mientras dos de las chicas lo rodean y le coquetean, observo sus movimientos, bajo del escenario y recorro las mesas, los hombres saben que no pueden tocarnos mientras bailamos, me acerco a la mesa del hombre al que busco y observo su rostro, le bailo y me doy un azote en el trasero que lo hace sonreír como un idiota, poco me falta para resoplar y hacer una cara de asco, el hombre pone unos cuantos billetes en la media de malla que termina en la cintura, le sonrío coqueta y me doy la vuelta para volver al escenario. —Lo tenemos —hablo al collar. Cuando voy a subir las escaleras del escenario un hombre se abalanza sobre mi después de decir un par de palabras obscenas, me giro rápidamente para evitar que me toque y romperle las pequeñas bolas, pero alguien lo sostiene halándolo hacia atrás, haciendo que este emita un leve gemido al chocar con el suelo, después de ello escucho un par de golpes, no logro ver al hombre que lo ha hecho ya que me ordenan volver al escenario, lo que me hace pensar que Kade envió alguien para cuidarme, ruedo los ojos, sabe que no lo necesito. Vuelvo al escenario cuando la canción termina, observo que mis compañeros entran por las puertas del club y detienen al hombre que hemos venido a buscar, todo es muy rápido y sabiendo que ellos están a cargo regreso al camerino para cambiarme, quiero regresar a casa, aun estoy de permiso, pero el capitán me pidió que le ayude con esta misión, a cambio, tendría una semana mas de descanso, lo que me parece muy atractivo en este momento de mi vida. Suspiro busco mi ropa en la pequeña maleta, me pongo unos pants y un hoddie, cubro mi cabeza y salgo por la puerta de atrás en busca de mi auto. Cierro la puerta de metal y camino a traves del estacionamiento, por un momento me detengo y observo más allá de los arboles sintiendo que alguien me observa, sacudo la cabeza al darme cuenta que estoy completamente sola, rodeada de autos, busco las llaves en mi cartera y abro la puerta de mi auto, momento en que una mano presiona mi muñeca desde atrás, me muevo rápidamente para aflojarme del agarre de la persona que me sostiene e intento golpearla, pero este esquiva el golpe rápidamente. —¡Heyyyyy, clama!, soy yo —advierte Kade y detengo mis movimientos. —¡Maldito idiota! —lo empujo mientras se ríe—, tienes suerte de que no esté llevando mi arma. Levanta las manos a la altura de su pecho. —Calma, pequeña leona, sabes que me gusta asegurarme de que no bajas la guardia —dice sonriente, sonrisa que siempre desintegra bragas no las mías por supuesto, es como un hermano para mí, ha estado a mi lado desde que éramos niños. —Nunca lo hago —niego con la cabeza—, no podría y lo sabes —veo los ojos color claro de mi mejor amigo. —razón por la cual no debieron intervenir cuando aquel hombre intento sobrepasarse en el club —reclamo y él parece no entender lo que le digo. —¿De que hablas? No intervenimos, sabemos perfectamente que puedes con uno tipo de esos —expresa confundido —, seguramente fueron los hombres de seguridad del club —expresa mi amigo y vuelvo a repasar en momento en mi mente, la oscuridad no me dejo ver al hombre que fue en mi defensa. —Ve a casa, lo atrapamos —besa mi pensativa cabeza—, dale un beso a la pequeña de mi parte —musita. —Lo hare —digo y el se cruza de brazos mientras entro al auto, lo enciendo y me alejo del club, mi amigo me observa hasta que me pierdo de su vista. Llego a la casa cuando es media noche, entro y veo un par de luces encendidas, mi madre debe de estar esperándome. Noto que la tele encendida, me acerco para apagarla y veo a mi madre dormida en uno de los muebles, apago la tele y me acerco a ella. —Mamá —digo en un susurro y toco su hombro, observo el pequeño monitor y veo que todo está en orden con ella. —Hija —mi madre se despierta adormilada y me sonríe—, debí quedarme dormida mientras veía mi programa —se remueve. —Ve a la cama, tu espalda resentirá el haber dormido en el sofá —dejo mi maleta en el piso. —Iré a casa, mañana vamos a levantarnos temprano, tu padre debe asistir a sus terapias, no queremos perder su progreso —palmea mi mano. —Iba a llevarte a la habitación, pero tienes razón —le sonrío, mi padre ha progresado mucho, aún nos queda camino por recorrer, pero no perdemos la esperanza de que él se recupere completamente. —Descansa hija —besa mi mejilla y me abraza, la veo irse y cruzar la calle hacia su casa que esta justo en frente de la mía, me mude hace meses, ellos me lo pidieron cuando les conté la noticia, y no puedo negar que tomé una excelente decisión, no sé qué habría hecho sin ellos. Subo las escaleras y voy al baño para lavarme las manos, sin poder esperar mas me dirijo a su habitación la cual está pintada de suaves tonos rosas y en blanco, un montón de muñecos y su nombre en la pared, me acerco a su cuna y la cubro con su pequeña cobija, acaricio su mejilla, sonrío mirando su pequeño y lindo rostro, es tan linda, aunque no heredo mis cabellos rubios, tiene mucho de mí. Sus ojos son azules como los míos y sus labios tienen una linda forma de corazón. Suspiro y dejo un suave beso sobre su cabecita e inhalo su aroma, camino a mi habitación, tomare un baño antes de dormir. Enciendo el secador de cabello y me pierdo en mis pensamientos, en un momento creo escuchar un ruido en el segundo piso de mi casa, apago el ruidoso aparato y abro la puerta del baño, observo de un lado a otro, me fijo en el monitor que está cerca del lavado, todo está exactamente como lo deje, vuelvo a encender el secador, pero no le quito la mirada al monitor. Cuando mi cabello se ha secado voy a buscar un pijama y me lo pongo rápidamente, estoy terminando de ponerme el saco cuando veo en el monitor de mi hija, la imagen de un hombre parado frente a la cuna, tomo mi arma rápidamente y camino la corta distancia hacia su habitación, mi corazón late acelerado y apunto al hombre apenas lo tengo a la vista, mis latidos se vuelven frenéticos al ver que sostiene a mi niña en sus brazos. —Suéltala —hablo y empuño el arma con fuerza. —¡Suéltala! —grito y doy dos pasos más, el arma toca su cabello, mi bebé observa el rostro del hombre. —En otro momento, esa sería una mala elección de palabras. Es interesante escucharte actuar como lo que en verdad eres —habla y siento que mis piernas casi fallan al reconocer su voz, trago con fuerza mientras él se da la vuelta y lo miro, mis oídos no me traicionaron, es él, es Nathaniel, el hombre que envié a la cárcel hace un año. Fijo su rostro, su barba está un poco larga, su cabello necesita un corte, su mirada tiene una mezcla de emociones y no necesito mucho para saber que todas son negativas, no hay rastro de la calidez con la que me observaban hace un año. —Suelta a mi hija —digo aun apuntándole, mi hija levanta su carita para verlo, él hace lo mismo, los dos tienen su mirada fija en el otro. —Querrás decir, nuestra hija —me corrige serio y se vuelve para verme. Me pregunto ¿cómo logro salir de prisión?, ¿desde cuándo?, él acaricia la pequeña espalda de la niña mientras me observa, atónita noto que mi hija esconde su carita en el cuello de… su padre...NATE—¿Por qué no lo habías mencionado? —cuestiona.—Porque como en las otras ocasiones que me han investigado, pensaba que no encontrarían nada; sin embargo, ahora tenemos un cabo suelto, lo que me hace pensar que posiblemente vengan a mí, averigua la información que han logrado conseguir y con la cual puedan incriminarme, debemos estar preparados.—Lo haré, investigaré todo lo que me sea posible y lo tendré listo para mañana a primera hora, si tienes alguna información que pueda ayudarme te lo agradecería, me hubiese gustado estar enterado acerca de la investigación antes, Nate, incluso si sabemos que son casos que vamos a ganar y haremos una contrademanda—Si están buscando en los lugares que imagino, estoy seguro de que no han logrado encontrar nada en mi contra, por ahora —explico, no tengo nada que esconder.—Bien, trabajaré con lo que tengo, te llamaré si me entero de algo más.Él se retira, me sirvo un trago y voy a la ventana, tenso mi mandíbula al pensar en el hombre que sol
ANNA (SUE)—¿Papá? —escuchamos a Holly, ambos nos miramos y vamos hacia la niña.—Hija —Nate toma su mano, ella apenas está abriendo los ojos y mirando a su alrededor—, todo está bien, ayer te desmayaste y te trajimos a la clínica, fue una reacción al tratamiento, pero ya está todo bajo control —le explica antes que haga preguntas.—Tengo hambre, quiero wafles con frutas y crema batida —la niña traga con fuerza, sonrío ante su petición, estoy segura de que se recuperara muy pronto. —¿Mis perritos?—Le preguntaré a Gareth acerca de tu petición, los perritos están bien, esperan a que te recuperes —le responde, ella asiente.—¿La Abuela, el tío Samuel, Ivanna? —cuestiona.—Vendrán pronto, estuvieron aquí toda la noche, fueron a cambiarse —respondo y ella me mira, acaricio su mano.Olvido que estaba por decirle la verdad a Nate y me enfoco en la niña.Finalmente, Gareth viene a revisarla, todos llegan a verla y ella se va animando un poco, al igual que todos.(…)—Ya quiero irme —Una muy a
-ANNA (SUE)Permanecemos En la sala de espera por horas, nos movemos de un lado a otro mostrando nuestra impaciencia y la necesidad de tener noticias, nuestros cuerpos se giran con una velocidad impresionante hacia la puerta de la sala de emergencias cada vez que esta se abre, sin embargo, Gareth solo ha venido un par de veces, la condición de Holly no ha cambiado.Ivanna y Samuel traen bebidas calientes para Nate y para Emma, agradezco cuando Samuel me entrega un té, me sonríe con los labios cerrados y vuelve con su tía.Me siento a lado de Nate y dejo la bebida caliente en la mesa que está a mi lado, él no ha mencionado una sola palabra, puedo percibir el peso de lo que está sintiendo y mi mente no ha hecho más que pedir al cielo por Holly, la niña es su vida.—Gracias —me mira, entrelazo nuestros dedos, acaricio su rostro y dejo un corto beso en sus labios, él me da otro y me sonríe levemente.—Nate —Gareth regresa. Todos nos ponemos de pie de un salto—, hemos logrado estabilizarla
NATETomo a mi hija en brazos sintiendo que mi mundo se desmorona, comienza a sangrar por la nariz, apresuro mis pasos hacia el auto.—Holly cariño —mi madre corre detrás de mí y busca algo para contener la sangre, es demasiada.Subimos al vehículo y llamo a Gareth de inmediato, me dice que me estará esperando en la entrada de la clínica con una camilla lista para mi hija.Intento contener el sangrado de Holly, mi madre me mira con terror y sus ojos están llenos de lágrimas, mi corazón está en un hilo.Me fijo en el rostro de mi hija, sus ojos comienzan a perder color.Toco su muñeca para sentir su pulso y exhalo, sintiéndome menos tenso.Mi hombre de seguridad detiene el auto y abre la puerta, bajo rápidamente del mismo para ir con Gareth.—¿Algún cambio? —él la revisa mientras el acomodo en la camilla.—Ninguno, el sagrado no se ha detenido —digo con prisa una de las enfermeras toma mi lugar.—Salva a mi nieta, Gareth —mi madre se aferra a su brazo, ha dejado de contener sus lágrima
ANNA (SUE) Es nuestra última noche en Alemania, he disfrutado la ciudad en estos días, Nate conoce los mejores restaurantes los cuales visitamos, también hicimos varios recorridos por los lugares turísticos, para mí las ciudades son un poco frías y no hablo de clima, aunque los sitios históricos me transportaron a épocas antiguas y me agradó la sensación. Caminamos por los distritos de compras de la ciudad, me he maravillado con las prendas y los accesorios femeninos, Nate insistió en comprar algunos conjuntos y carteras que solo vi por curiosidad, me maravilla cuan atento es, es el hombre perfecto. Me siento tan tranquila aquí, que no deseo volver a la realidad, aquí nadie me conoce y Nate pasa desapercibido, es un lugar ideal para ambos. Entregamos los paquetes con las compras al hombre de seguridad de Troy que nos acompaña e ingresamos al edificio más alto de la ciudad, encantada, observo el lugar y la bella vista. Caminamos juntos al mirador, es de noche, justo el momento de la
ANNA (SUE)Termino de secar mi cabello y peinarlo para dejarlo liso, hoy me decidí por un pantalón en denim azul oscuro, una camisa blanca y botas hasta la rodilla, el día luce gris y se siente algo frío, me pongo una chaqueta corta de felpa en tono gris, la tela es exquisita.Pongo el lápiz de labios del tono de mi piel y me reviso, siento que ahora me fijo más en mi aspecto, quiero lucir más femenina, no sé si sea porque Nate me hace sacar a flote esa femineidad que creía extinta en mí o es que en el fondo soy una mujer vanidosa y no lo sabía hasta ahora.Estoy guardando el secador de cabello cuando escucho el sonido de un disparo, me muevo rápidamente por la habitación y me ubico en un lateral de la ventana para ver al exterior, un par de autos están fuera de la casa, recuerdo haberlos visto en la casa de Troy.Otro disparo se escucha, mi corazón retumba en mi pecho, bajo corriendo a la primera planta, mis sentidos se ponen alerta, pienso en ir a buscar un arma en el despacho, un n
Último capítulo