TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 44. Esperanza.
TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 44. Esperanza.
Henry apenas recordaba cómo había llegado al hospital. Todo había ocurrido en una ráfaga de gritos, llaves, bolsas y llamadas apresuradas. Rebecca, con el rostro pálido y los ojos enormes, trataba de respirar como le habían enseñado en las clases prenatales, aunque su respiración parecía más la de una corredora en los últimos metros de un maratón.
—Tranquila, mi amor, ya casi llegamos —le decía Henry, sujetándole la mano mientras esquivaba autos y semáforos—. Respira… uno, dos, tres…
—¡No me digas que respire! —le gritó ella, con la voz temblorosa y los ojos llenos de lágrimas—. ¡Estoy respirando! ¡Estoy...! ¡Ay Dios!...
Henry no contestó. Solo apretó más fuerte su mano y pensó, con ternura, que si ella tenía fuerzas para gritarle, todo iba bien.
Cuando llegaron al hospital, una enfermera corrió hacia ellos con una camilla. Rebecca fue acomodada de inmediato y Henry la siguió como una sombra, sin soltarle la mano ni un segundo.
—Toda