CAPÍTULO 55. Un requisito legal
CAPÍTULO 55. Un requisito legal
Siendo realistas podía ser peor. Podían estar vociferándole insultos o rompiendo adornos, pero en lugar de eso cada persona en aquel comedor que no era él, solo tenía cara de consternación y de incredulidad.
—Pero es que… eso no tiene sentido —saltó Chelsea, inclinándose sobre el plato—. ¡Hace años que estás peleando para poder casarte con Julie Ann! ¡Entonces hazlo de una vez! ¿Qué es lo que te cuesta? No tienes que hacer una boda gigante. Que sea en el jardín, civil, un juez, ya. Lo importante es el bebé.
Julie Ann bajó la mirada un segundo y luego la clavó en Henry con una mezcla de súplica y orgullo.
—No puedes estar hablando en serio —murmuró—. ¡Hemos luchado tanto para estar juntos! ¡Hemos… hemos hecho hasta lo imposible! ¡Y ahora que por fin nos libramos de… todos los obstáculos —gruñó para no decir directamente el nombre de Rebecca—, ¿vas a decirme que no quieres estar con tu hijo?!
A Henry se le apretó la garganta. Le picaron los ojos y su nari