CAPÍTULO 49. Un último negocio
CAPÍTULO 49. Un último negocio
La mirada de Rebecca fue como ver una droga actuando en tiempo real, sus pupilas se dilataron, su cara se puso colorada y un segundo después estallaba en una risa sonora e incontrolable. ¿De verdad estaba mencionando eso? ¿De verdad estaba mencionando ese último beso que no se habían dado antes del divorcio?
La carcajada de Rebecca tomó a Henry completamente desprevenido, haciéndolo dar un pequeño respingo en su silla, como si alguien le hubiera echado agua fría por la espalda. La observó con el ceño fruncido, sin saber si debía ofenderse o simplemente dejar pasar aquel estallido de risa.
—¿Estás bromeando? —preguntó ella, todavía con los labios curvados en una sonrisa socarrona, y los ojos brillando como si acabara de escuchar el mejor chiste de la semana.
Henry sintió el calor trepándole por el cuello y coloreándole las mejillas hasta el punto de que seguramente cualquiera podría notarlo. Se removió en la silla, incómodo, y carraspeó un poco antes de co