CAPÍTULO 13: Un trato justo
Todas las cabezas se giraron hacia ellos y los que estaban poniéndose de pie para irse, corrieron a sentarse de nuevo, porque el espectáculo no había terminado y era evidente que estaba a punto de ponerse mejor.
¿Otra demanda?
Ya Rebecca Callaway había probado ser inocente, así que eso significaba que lo siguiente sería un desquite de los buenos. La sala se impregnó de un silencio espeso, pero no era calma: era la tensión de un público que acababa de presenciar un divorcio con más giros que una telenovela de las de antes y sabían que venía el giro inesperado.
El abogado Anders se sacó una nueva carpeta con parsimonia, se ajustó la corbata y, con un tono que sonó casi inocente, dijo:
—Su Señoría, mi clienta desea interponer una demanda por usurpación de identidad contra la señorita Julie Ann Short.
El murmullo que se levantó fue casi físico, como una ola que chocó contra las paredes del juzgado. Varias personas se inclinaron hacia sus acompañantes para comen