La justificación de Jared, tan llena de un cuidado casi paternalista, dejó a Isabel en un estado de completa confusión. Entendía su lógica, pero se sentía tratada como alguien a quien hay que proteger, no como a una igual. ¿Era eso lo que quería? ¿Un protector?
El silencio entre los tres era ahora tan tenso que parecía a punto de romperse. Alexis, dándose cuenta de que estaba presenciando algo increíblemente íntimo, dio un discreto paso atrás, preparándose para retirarse.
Pero antes de que nadie pudiera moverse o decir nada más, una voz firme y familiar cortó el aire desde las puertas de la terraza.
—¡Aquí están!
Era Valeria. Entró en la terraza con la determinación de un general, su mirada evaluando la tensa escena en una fracción de segundo.
—Todo el mundo se pregunta dónde se metió la pareja del momento —continuó, su tono era una mezcla de ironía y reproche cariñoso—. Daniela ya está pensando que se fugaron con el champán.
La llegada de Valeria fue como encender todas las luces en