CLARIS:
Miraba mi vientre y el de mi hermana iluminados, sin entender lo que sucedía, hasta que vi la llegada de Fenris con el libro de las sombras en sus manos, rodeado de oscuridad. Entendí por qué estábamos iluminadas.
—Chicas, sus bebés responden a la oscuridad —dijo Iselda sin preocupación—. También lo hacen al peligro por su poder divino. Miren lo que digo, ahí vienen los gemelos. Giramos la cabeza para ver que lo que decía era verdad. Mis gemelos llegaron corriendo convertidos en lobos y saltaron a mis brazos con sus ojos iluminados. El calor de los cuerpos de mis gemelos al rodearme con sus patas fue más reconfortante de lo que habría imaginado. Pero la preocupación no se desvaneció por completo. Sus pequeños cuerpos temblaban, y aunque intentaba encontrar calma en sus ojos iluminados, el destello que brillaba en ellos me h