CLARIS:
Me desperté al sentir frío y la falta de mi Alfa. Estaba por levantarme cuando la puerta se abrió y vi a mi gemela, Clara, correr a meterse en la cama conmigo. Temblaba asustada y se aferró a mí como si alguien la persiguiera. Agucé el oído, tratando de escuchar algo en medio de la oscuridad, pero todo fue en vano. Ella permanecía cubierta por completo. La abracé, intentando darle valor, como siempre había hecho desde que tengo uso de razón, quizás desde antes.
—¿Qué te pasa, Clara? ¿De quién tienes miedo? —pregunté, sintiendo cómo se estremecía—. Mamá, o mejor dicho, Elena, ¿dónde está? —No lo sé. Me desperté porque escuché una voz en mi cabeza llamándome, y no es nada bueno, Claris. Tengo miedo —dijo, asomándose desde debajo de