CLARIS:
Abrí los ojos esperando ver a mi alfa junto a mí, pero, en su lugar, me encontré en medio de Clara y Elena. Mi corazón latió desorientado, como si el tiempo hubiera jugado conmigo, arrancándome de la realidad que conocía. ¿Qué había pasado? En mi mente, los fragmentos de una visión borrosa me guiaban, como destellos perdidos entre la oscuridad que luego me engulló. La sensación era tan confusa como inquietante. Sin pensar demasiado, tomé una mano de cada una y cerré los ojos nuevamente, buscando consuelo en el silencio, en el deseo de dormir un poco más, aunque la inquietud permanecía viva en mi pecho.
Mientras intentaba hundirme en el sueño, mi alma clamaba con profunda desesperación. Deseé con todo mi ser que la manada estuviera protegida, fuera cual fuera la amenaza que acechaba desde las sombras. Había