CLARIS:
Sentía su marca ardiendo, no solo en mi cuello, sino en lo más profundo de mi alma. Era como si la mordida hubiese roto algo dentro de mí, pero también sellara una conexión que me inclinaba a un destino que no deseaba aceptar. Toqué la marca, sintiendo cómo vibraba con energía y cómo, a pesar de todo, me llamaba a él. A Kieran. Lo odiaba... o al menos, eso quería creer. Mi loba, aquella parte de mí que compartía mi esencia con él, no dejaba de rugir de satisfacción, traicionando mis propios sentimientos.
¿Cómo he llegado hasta aquí? Mi unión con Vikra, por más retorcida que haya sido, seguía siendo algo que yo debía resolver. Nunca imaginé que sería arrancada de esa manera, como si no tuviese derecho a decidir. Me sentía desnuda, privada de algo que me definía. ¿Quién er