KIERAN:
La furia mezclada con impotencia crecía dentro de mí. Cada vez era más evidente que debía educar a Claris, enseñarle su lugar, pero no estaba dispuesto a hacerlo a expensas de mis cachorros. Sin embargo, mi mente no podía enfocarse completamente en ella; había una amenaza que se cernía sobre nosotros y que aumentaba con cada día. Esta vez no podía permitirnos huir. Era el Alfa de Alfas y esta vez no lo iba a hacer.
Nos movíamos cubiertos por la oscuridad, sigilosos, hasta alcanzar el límite del territorio de la manada. Sabía que este era el punto crítico, el lugar donde se había reportado presencia de lobos cazadores. Lo que encontramos confirmó los informes: eran numerosos. Y, para empeorar las cosas, parecían haber establecido su campamento en las tierras de la manada de Vorn, el Alfa de los lobos del norte. —Vamos a acercarno