116. EL RECHAZO DEL OMEGA
CLARIS:
Lúmina estaba firme a su lado, como lo que era: su complemento, su Luna. Su energía era poderosa, envolvente, y no permitió que mis pensamientos la debilitaran. Se alzó dentro de mi mente como un rugido que no dejaba espacio para la duda.
—Lúmina, los niños... no puedo perderlos —dije en mi mente, aferrada a mi miedo, buscándole un propósito, una justificación.
—Y los perderás si sigues inclinada ante tus temores humanos —gruñó con fuerza—. ¡Mírate! Estás dejando que una loba inferior nos intimide. Nosotras no nacimos para esto. ¿Quieres que todo se desmorone? ¿Quieres que Sarah lleve a nuestra manada al abismo? Porque eso hará si sigues siendo la sombra débil de lo que realmente somos. Ya basta, Claris, ¡te anularé para siempre si continúas deshonrando a nuestro Alfa!
El poder de Lúmina extendió su influencia en cada rincón de mi ser, ahogando mi resistencia con la fuerza de su propósito. Su determinación se enredó en mi esencia, reclamando el control por completo, y lo